Enfrentamientos a los racismos por las miradas de las mujeres:
Una cartografía feminista sobre violaciones y resistencias en la zona oeste de Rio de Janeiro
No se puede pensar críticamente y mapear los territorios de la zona oeste “carioca” con sus procesos de violación y negación de derechos, así como identificar las formas de violencia sufridas y resistencias construidas por nosotras, mujeres, sin abordar el racismo en nuestra región.
No podemos pensar, por ejemplo, en la lucha de las marisqueras y pescadoras en las áreas litorales sin entender que la mayoría son mujeres negras. Es necesario comprender quienes son las mujeres en las periferias y sub-barrios. ¿Quienes son las chicas cotidianamente (des) cuidadas o que sufren abusos en diferentes territorios? ¿Que chicos están siendo muertos o están en situaciones de vulnerabilidad? ¿Que lugares son estos que las industrias más contaminadoras y más agresivas eligen para instalarse?
Vivimos los racismos todos los días, sus raíces son históricas y estructuran las practicas institucionales que perjudican las mujeres en la zona oeste. Somos conscientes de que toda esa negación de derechos en territorio “carioca” atinge, sobretodo, las vidas de las mujeres negras y empobrecidas.
Que cruzan la vía férrea buscando empleo, son forzadas a entrar en el mercado de trabajo temprano, tienen la continuidad de los estudios perjudicada y la sobrecarga del trabajo reproductivo impuesto. Que ven a las mayores enfermándose después de una vida entera de explotación. Son las jóvenes negras, más vulnerables a los abusos sobre sus cuerpos, son los jóvenes negros las dianas de la militarización. A tales amenazas de genocidio cultural, marisqueras, pescadoras, quilombolas, faveladas, agricultoras llevan su resistencia milenaria. Con estas poblaciones aprendemos y avanzamos en nuestra auto organización, protagonizada por mujeres negras, en la construcción de un feminismo periférico y anti-racista.
Al contar la historia de este lugar múltiplo que llamamos de zona oeste de la ciudad de Rio de Janeiro, la cuestión racial se impone para denunciar las violaciones y negación de nuestros derechos, pero principalmente para construir desde los territorios los saberes, las memorias ancestrales y historias a partir de la mirada de mujeres que construyen resistencia y alternativas para el Bien Vivir.