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CartogrAfia Feminista 

RELACIONES AGROECOLOGICAS DEL MAR Y DE LA TIERRA

Los plantíos en los patios, muros y terrazas, en los bosques y villas proporcionan alimentos sanos y curativos, además de construir tradición, memoria y conexión con nuestros antepasados. La pesca artesana y no predatoria, la colecta de mariscos en los manglares, bahías y mares de la región son también tradición en la zona oeste. 

Las relaciones agroecológicas acercan personas de distintas generaciones y educan para el manejo consciente de la naturaleza. Revelan los saberes afro-indígenas que la población venida del nordeste mantiene en su día a día, que los pueblos de los quilombos y mares luchan para mantener, que los quilombos urbanos – en las terrazas, muros y favelas – fortalecen en el movimiento agroecológico. 

Son prácticas que cultivan también a los vínculos comunitarios y a las culturas alimentarias y son capaces de resignificar las vidas de las mujeres en el mar y en la tierra. En nuestro movimiento, nos preocupa no solamente la producción, el trueque y el consumo de alimentos sanos – sin veneno y sin transgénicos – sino con la construcción de sociedades justas, sin relaciones de dominación, basadas en el cuidado y el equilibrio entre las personas y la naturaleza.

Cultivamos la lucha antirracista para que agricultoras, agricultores, pescadoras, pescadores, recolectoras y recolectores de mariscos sean reconocidos en su importancia y centralidad en la lucha ambiental en la zona oeste.

Por eso, construimos relaciones agroecológicas feministas, urbanas y periféricas. En otras palabras: sin feminismo no hay agroecología.

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